Recuerdos de una vida olvidable…

¿Para reír o llorar?

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Fecha: 03/06/2023 Por: Manuel Rivera S

Si alguien pidiera que comprobara que al menos en el fondo tengo algo de bueno, le mostraría la imagen relajada de mis perros usando mis pies como almohadas.

Sabiendo que un cuadro igual puede ser conocido por otras personas, añadiría que si los canes acompañan de esa manera al hombre, es porque conocen que ni la maldad ni la bondad absoluta existen en los seres humanos, como algunos lo creen o usan para manipular a sus semejantes.

¿La ignorancia hace suponer que lo bueno o malo es definido por mayoría de votos? ¿Lo verdadero está dado por el solo hecho de alinearse con el dictado de los poderosos? ¿O es preferible aceptar la mentira, antes que el costo de pensar diferente?

Desconozco las respuestas, lo que no me exenta de experimentar sensaciones encontradas en torno a esos cuestionamientos.

Me entretiene y hasta parece sano, por ejemplo, que el presidente de la República se divierta con la comicidad involuntaria de algunos de sus opositores, pero también me preocupa lo que podrá venir tras la capacidad del mandatario para ironizar y la incapacidad de sus adversarios para pedir perdón y proponer soluciones a México.

Así me lo hace pensar la agenda mediática de la semana pasada que terminó con dos hechos de índole electoral ampliamente discutidos, al fin y al cabo, los problemas del país son menores o pueden esperar.

Ese periodo lo sellaron la ironía del presidente Andrés Manuel López Obrador por la disputa que está surgiendo en el PAN para nominar a su aspirante presidencial del 2024 y la, quizá tardía, exigencia de algunos integrantes de la alianza opositora Va por México para definir el método de la elección de su candidato a la primera magistratura del país.

Como podrá recordarse, el presidente hizo un irónico llamado a la oposición para que no dejara fuera de la contienda del 2024 a la senadora Lilly Téllez, ya que dijo ella está arriba en las encuestas y es atractiva la propuesta que hace para meterlo a la cárcel si gana las elecciones.

El exhorto presidencial tuvo su origen en la para unos “inexplicable” decisión del dirigente panista, Marko Cortés, para pedir que reúnan un millón de firmas quienes aspiren a la candidatura de su partido—mientras las “corcholatas” de Morena están en virtual pre campaña—, requisito que para otros es parte de una estrategia para “descarrilar” la candidatura de la senadora ex morenista Téllez, en posible beneficio del diputado Santiago Creel.

Aunque es destacado el posicionamiento de Téllez en el listado de aspirantes de la oposición a la presidencia, está atrás de los candidatos de Morena. Ella, además, ya se manifestó contra la exigencia de reunir esa cifra de firmas para ser considerada posible candidata. 

Empero, su promesa para encarcelar al jefe del Ejecutivo ejemplifica las propuestas de la oposición, en ocasiones más orientadas contra la figura del actual presidente que a presentar alternativas para la solución de los problemas nacionales.

“Es como para decir: Lilly, aguanta que el pueblo se levanta”, expresó López Obrador, en un gesto divertido y hasta justificado si se opta por seguir la máxima que dice: “El que se ríe, se lleva”, por supuesto aplicable para ambos lados de este caso.

Casi simultáneamente a la confirmación de tener un mandatario con sentido del humor, lo que podría reflejarse en la sana conducción del destino colectivo, surgió la desde hace tiempo esperada reacción de integrantes de los partidos que forman la alianza Va por México, para que sus dirigencias definan el método de selección de su aspirante a la presidencia, aceptando tácitamente la delantera de las “corcholatas” de Morena.

Más allá de los resultados de estudios de opinión favoreciendo al partido en el poder y de la aceptación mayoritaria del presidente de la República, la falta de rumbo en la oposición es motivo de preocupación, como quizá debería serlo para todo ser “racional” conocedor de que cuando se ausentan de su vida pensamientos distintos a los de él, se limita su progreso intelectual.

¿Qué sucedería de continuar ausente o limitado el debate racional en la política, asumiendo que este resulta tan determinante en ella como es la selección natural para la vida en el planeta?

Recuerdo entonces la sentencia de mi mamá blandiendo un cinturón: “Si no entendiste por las buenas, ahora va por las malas”.

Las armas de los “buenos” o “malos” son siempre amenazas.

“Aquí te lo dejo de tarea”, finalizaría ella.

riverayasociados@hotmail.com