El nearshoring es una realidad en México; el objetivo es abaratar costos

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Fecha: 16/03/2024 Por: RedacciÃ³n

Durante la pandemia, Estados Unidos, Europa y otros países tomaron conciencia de los riesgos geopolíticos asociados con tener sus empresas alojadas al otro lado del mundo.

Con la caída de las cadenas de suministro y el cierre de fábricas, el mundo occidental se vio obligado a replantearse si la estrategia de abaratar costos a través de la reubicación en ubicaciones distantes realmente valía la pena. En medio de este escenario, las grandes economías se volvieron hacia su vecino talentoso y bien portado: México.

Fue hace casi un año que se publicó en este espacio sobre las posibles implicaciones del nearshoring. No obstante, más allá de hablar de posibilidades, hoy podemos decir que el nearshoring es una realidad.

Recordemos que el nearshoring es el fenómeno geoeconómico en el cual se acerca la producción hacia los países de consumo final, este proceso surgió como consecuencia de las dificultades logísticas presentadas durante la pandemia en las cadenas de suministro.

Si las grandes empresas estaban alojadas en China y otros países asiáticos, ¿cómo es que comenzaron a salir de ahí para relocalizar sus centros de producción?

Es necesario recordar que las tensiones entre Estados Unidos y China se acrecentaron durante el mandato del presidente Trump, con lo que inició una guerra comercial en la que estas dos potencias fueron las protagonistas y que condujo a tensiones geopolíticas. A esto debemos sumarle la caída de las cadenas de suministro antes mencionada, lo cual disparó una escalada inflacionista de alcance global.

Como consecuencia de estos eventos, las principales economías giraron su atención al Occidente, específicamente a nuestro país.

En la actualidad, México es crucial en el fenómeno geoeconómico del nearshoring debido a su proximidad geográfica con Estados Unidos, con el cual comparte una extensa frontera. Esta ubicación estratégica facilita la reducción de costos logísticos y tiempos de entrega para empresas estadunidenses que desean reubicar sus operaciones en puntos más cercanos.

Además, la afinidad cultural, mano de obra calificada y acuerdos comerciales favorables hacen de México un destino atractivo para la producción y servicios de empresas estadunidenses, impulsando así la tendencia de nearshoring en la región.

El impacto positivo en la economía nacional se puede ver reflejado en la Inversión Extranjera Directa (IED).

De acuerdo con la Secretaría de Economía, el flujo de IED que ha recibido nuestro país proviene principalmente de los Estados Unidos, con un total de 232 mil millones de dólares invertidos en nuestro país desde el 2006. Otros países que han realizado inversiones importantes en nuestro país son España, Canadá, Alemania y Japón.

Probablemente, la industria que más ha crecido gracias al T-MEC primero, pero ahora potenciado por el nearshoring en México, ha sido la automotriz, pues empresas como General Motors, Ford y Tesla han invertido sumas significativas de dinero en nuestro territorio para acercar la producción de automóviles y autopartes a sus consumidores.

Otras industrias como la electrónica y aeroespacial también se han beneficiado de este proceso.

Sin embargo, para que estas empresas localicen su producción cerca de su mercado de consumo, deben tener en cuenta ciertas condiciones para ubicarse de la manera más óptima posible. Quizás uno de los factores más relevantes a tener en cuenta para atraer inversión es el terreno, su ubicación, extensión, costo, entre otros.

En nuestro país existen empresas que se encargan de facilitar la localización de centros de producción en ubicaciones clave por su conectividad.

Un ejemplo es Vesta, una compañía mexicana que se encarga de operar, arrendar, vender y comprar portafolios de naves industriales en diversos sectores económicos como el manufacturero y de comercio. Esta empresa que desarrolla bienes raíces para las industrias podría ser pieza clave en el posicionamiento del nearshoring en nuestro país.

Sus acciones comenzaron a cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores y en su Oferta Pública Inicial (OPI) en 2012, el precio alcanzó los 19.16 pesos. A partir de ese momento, la cotización de Vesta ha tenido un incremento considerable.

Tan solo en un año, el precio de las acciones de Vesta (VESTA.MX) ha incrementado un 17.68 por ciento y en la actualidad su precio está cercano a los 62 pesos. Como parte de su cuarto informe trimestral, la compañía anunció que continúan con sus planes de expansión, reflejando un comportamiento positivo de la inversión privada en nuestro país.

No cabe duda de que el nearshoring ya no es solo un término de moda, es una realidad, y en México llegó para quedarse.

Este fenómeno seguirá impactando de una manera positiva para la economía nacional y nos permitirá convertirnos en un actor aún más importante dentro de nuestra región.